Estimados Sres.:
Hace cosa de un mes nos dirigimos a uno de los gabinetes de estimulación más conocidos en el ámbito nacional con el fin de que evaluara a mi hijo y nos remitiera un programa de estimulación. Como bien sabéis, cualquier programa de estimulación debe basarse en una evaluación previa del perfil neurológico del niño; saber de dónde partimos (edad neurológica) para trabajar con él y conseguir llegar a su potencial (edad cronológica), con el objetivo de minimizar el desfase neurológico/cronológico.
Tras recibir el informe de mi hijo, considero que es poco serio y profesional realizar una valoración neuropsicológica y psicopedagógica de un niño donde en siete ocasiones aparece la frase "no fue evaluado". Cualquier valoración del perfil neurológico tiene como fundamento una correcta evaluación de las áreas receptivas o vías aferentes y de las áreas expresivas o vías eferentes, como bien sabes. No es de recibo que como padre se nos emita una valoración sobre la premisa "no se ha evaluado", pero sí “se han cobrado 400 euros”.
Lamentamos profundamente que esta situación personal pueda ser generalizada con otros padres, lo cual es alarmante pensar sobre la “pseudo-profesionalización” del sector. Desgraciadamente hoy día muchos “pseudo-profesionales” podrían denominarse “pseudo-estafadores”, ya que cobran unas cantidades desorbitadas de dinero a cambio de programas de estimulación. Somos muchos los padres que vemos como nos engañan y nos defraudan los profesionales. Por este motivo, cada vez más padres nos formamos en los trastornos en el neurodesarrollo, para exigir una valoración y un programa de calidad.
Como cualquier padre estoy formándome e informándome desde que mi hijo nació, tanto personalmente como a través de profesionales de ámbito nacional. A lo largo de este tiempo he conocido a muchos profesionales (profesionales con mayúscula), mantengo una excelente relación con todos ellos, y en ninguna ocasión en este tiempo me he sentido engañado por ellos, todo lo contrario, les debo mucho de lo que sé.
Entiendo que os haya extrañado que un padre ponga “en tela de juicio” vuestra valoración y programación, que os haya hecho recapacitar sobre vuestros servicios y los honorarios que cobráis, pues es inadmisible que se cobre por una valoración neurológica de un niño, con las repercusiones presentes y futuras que esto conlleva, y no haberla realizado. Es más, los honorarios cobrados no incluyeron el informe que he tenido que reclamar vía email y telefónica.
Vuestra labor como profesionales es ofrecer un servicio de calidad y cobrar por ello, yo como padre tengo la responsabilidad ética y moral de dar a conocer lo que hay, las terapias, métodos, profesionales, jornadas de formación, calidad de los servcios ofrecidos por los gabinetes, etc. Como bien he comentado anteriormente, son numerosos los “pseudo-profesionales”, sin ética alguna, que engañan a padres desesperados que harían cualquier cosa y pagarían lo que fuese por ver alguna mejoría en el estado de sus hijos. Estos “pseudo-profesionales” no ven más hallá del lucro personal, no entienden que los recursos económicos de estas familias son, en la mayoría de los casos, limitados y escasos. Estos padres que son atendidos por estos “pseudo-profesionales” han perdido su tiempo, su ilusión, su dinero, y lo más importante, el limitado tiempo que tiene su hijo de progresar, en unos “psico-estafadores” sin ética ni moral alguna.
Me indigna profundamente ver como, esta gran familia que somos los padres y madres con niños con trastornos en el neurodesarrollo, coincidimos en estos hechos. No es algo puntual, sino generalizado el escaso grado de satisfacción. Por estos motivos defiendo la formación de los padres. Somos nosotros los que trabajamos con nuestros niños, los que mejor los conocemos y sabemos como exigirles. Seremos más eficaces en los programas si sabemos por qué lo estamos realizando, qué fundamento psicobiológico hay detrás, y por supuesto, coordinado por un buen profesional.
Pero lo que más me ha indignado como padre, es que me den un informe sobre la valoración neurológica de mi hijo con el nombre de otro niño, lo que desacredita aún más, la “pseudo-profesionalización” del gabinete y “el todo vale”.
Por todo ello, como padre que he recibido vuestros servicios, os animo para que mejoréis la relación calidad/precio y reflexionéis sobre ello. Considero y espero que estás líneas sean recibidas como una crítica constructiva y bajo un objetivo común: la mejoría en el neurodesarrollo de los niños.
Hace cosa de un mes nos dirigimos a uno de los gabinetes de estimulación más conocidos en el ámbito nacional con el fin de que evaluara a mi hijo y nos remitiera un programa de estimulación. Como bien sabéis, cualquier programa de estimulación debe basarse en una evaluación previa del perfil neurológico del niño; saber de dónde partimos (edad neurológica) para trabajar con él y conseguir llegar a su potencial (edad cronológica), con el objetivo de minimizar el desfase neurológico/cronológico.
Tras recibir el informe de mi hijo, considero que es poco serio y profesional realizar una valoración neuropsicológica y psicopedagógica de un niño donde en siete ocasiones aparece la frase "no fue evaluado". Cualquier valoración del perfil neurológico tiene como fundamento una correcta evaluación de las áreas receptivas o vías aferentes y de las áreas expresivas o vías eferentes, como bien sabes. No es de recibo que como padre se nos emita una valoración sobre la premisa "no se ha evaluado", pero sí “se han cobrado 400 euros”.
Lamentamos profundamente que esta situación personal pueda ser generalizada con otros padres, lo cual es alarmante pensar sobre la “pseudo-profesionalización” del sector. Desgraciadamente hoy día muchos “pseudo-profesionales” podrían denominarse “pseudo-estafadores”, ya que cobran unas cantidades desorbitadas de dinero a cambio de programas de estimulación. Somos muchos los padres que vemos como nos engañan y nos defraudan los profesionales. Por este motivo, cada vez más padres nos formamos en los trastornos en el neurodesarrollo, para exigir una valoración y un programa de calidad.
Como cualquier padre estoy formándome e informándome desde que mi hijo nació, tanto personalmente como a través de profesionales de ámbito nacional. A lo largo de este tiempo he conocido a muchos profesionales (profesionales con mayúscula), mantengo una excelente relación con todos ellos, y en ninguna ocasión en este tiempo me he sentido engañado por ellos, todo lo contrario, les debo mucho de lo que sé.
Entiendo que os haya extrañado que un padre ponga “en tela de juicio” vuestra valoración y programación, que os haya hecho recapacitar sobre vuestros servicios y los honorarios que cobráis, pues es inadmisible que se cobre por una valoración neurológica de un niño, con las repercusiones presentes y futuras que esto conlleva, y no haberla realizado. Es más, los honorarios cobrados no incluyeron el informe que he tenido que reclamar vía email y telefónica.
Vuestra labor como profesionales es ofrecer un servicio de calidad y cobrar por ello, yo como padre tengo la responsabilidad ética y moral de dar a conocer lo que hay, las terapias, métodos, profesionales, jornadas de formación, calidad de los servcios ofrecidos por los gabinetes, etc. Como bien he comentado anteriormente, son numerosos los “pseudo-profesionales”, sin ética alguna, que engañan a padres desesperados que harían cualquier cosa y pagarían lo que fuese por ver alguna mejoría en el estado de sus hijos. Estos “pseudo-profesionales” no ven más hallá del lucro personal, no entienden que los recursos económicos de estas familias son, en la mayoría de los casos, limitados y escasos. Estos padres que son atendidos por estos “pseudo-profesionales” han perdido su tiempo, su ilusión, su dinero, y lo más importante, el limitado tiempo que tiene su hijo de progresar, en unos “psico-estafadores” sin ética ni moral alguna.
Me indigna profundamente ver como, esta gran familia que somos los padres y madres con niños con trastornos en el neurodesarrollo, coincidimos en estos hechos. No es algo puntual, sino generalizado el escaso grado de satisfacción. Por estos motivos defiendo la formación de los padres. Somos nosotros los que trabajamos con nuestros niños, los que mejor los conocemos y sabemos como exigirles. Seremos más eficaces en los programas si sabemos por qué lo estamos realizando, qué fundamento psicobiológico hay detrás, y por supuesto, coordinado por un buen profesional.
Pero lo que más me ha indignado como padre, es que me den un informe sobre la valoración neurológica de mi hijo con el nombre de otro niño, lo que desacredita aún más, la “pseudo-profesionalización” del gabinete y “el todo vale”.
Por todo ello, como padre que he recibido vuestros servicios, os animo para que mejoréis la relación calidad/precio y reflexionéis sobre ello. Considero y espero que estás líneas sean recibidas como una crítica constructiva y bajo un objetivo común: la mejoría en el neurodesarrollo de los niños.
Atentamente, Jorge Serradilla Santiago
Me parece perfecto que des a conocer este tipo de actitudes en los profesionales, pues como tal me parece nefasto que ocurran ya que además del engaño a las familias( cosa que me parece intolerable), desacredita la labor que otros muchos intentamos llevar a cabo con profesionalidad y humanidad.
ResponderEliminarComo siempre GRACIAS POR TODO.
Querido Jorge,
ResponderEliminarestas situaciones son realmente alarmantes y muy frustrantes para un padre como tú. De esto estoy segura.
Creo que es importante que pongamos a los profesionales en su sitio exigiendo un trabajo bien hecho. Especialmente cuando hemos confiado en ellos. Espero éstos en concreto tomen nota como bien dices. Y que esto no vuelva a ocurrir.
Me gustaría añadir lo que tantas veces tú mismo has dicho también, que no todos los profesionales son "pseudo"... lo que sea. Es por esto que luchamos desde nuestros blogs, para informar a otros padres de la existencia de buenos profesionales con las terapias adecuadas para nuestros hijos.
Por este motivo no debemos permitir que las chapuzas de unos salpiquen a los otros.
No hay nada peor que jugar con las esperanzas y las posibilidades y esfuerzos (en tiempo, viajes, dinero...) de los padres preocupados por un hijo.
Contigo metieron la pata hasta el fondo. Por suerte los padres cada vez estamos mejor informados, y esto es muy importante a la hora de elegir lo que más conviene a nuestros hijos.
Ojalá tu triste experiencia sirva para que no se vuelva a repetir, no para que los padres pierdan la fe en estas terapias y en sus profesionales.
Un abrazo,
Rosina
Verdaderamente es un pena que existan personas que quieran vivir de la desesperación de unos padres por ayudar a su hijo. Siento verdadero asco y repulsión por estos impresentables que se disfrazan de profesionales con el único fín de coger dinero. Desgraciadamente en este difícil y duro camino en el que la vida nos puso, creo que casi todos nos hemos encontrado con algún que otro de estos especímenes, A tí te cobraron 400 e, qué verguenza!!, en mí caso casi me cobran 600 e si no me doy cuenta a tiempo de que una terapia no se la estaban haciendo correctamente, incluso me quedó la duda de si verdaderamente se la hacían,... Resulta muy frustrante y doloroso para unos padres que luchan tanto por ver cualquier mejoría para su hijo, (y que nos cuesta tantísimo trabajo sacar el dinero necesario para realizar toda terapia que pueda beneficiar a nuestros hijos ya que ninguno de nosotros somos millonarios...), ver como se nos intenta engañar con el único fín de cobrar el dinero y llenarse los bolsillos.
ResponderEliminarPor suerte en este camino nos encontraremos con algún que otro impresentable sin conciencia y sin corazón, pero tambíen encontraremos a verdaderos profesionales con auténtica VOCACIÓN, y que cobran porque hacen SU TRABAJO BIEN HECHO, qué a gusto se pagan esas cuotas cuánto uno ve que nuestros mas preciados tesoros, nuestros hijos, están en manos de personas de buena fe con vocación y profesionalidad !!!. Mi mas sincero agradecimiento para todos estos ángeles que, en nuestro caso, nos han ayudado tanto a nuestro hijo y a nosotros como padres, ... y del resto de aprovechados... sólo espero que la vida, algún día, les devuelva lo que siembran.
Como siempre digo, lo mismo que se nos llena la boca nombrando a aquellos que hacen su trabajo bien hecho, me parece vital nombrar también a aquellos que no lo hacen y carecen de profesionalidad, puesto que detrás de nosotros vendrán muchos más padres a los que podemos ayudar aconsejándoles a verdaderos profesionales, pero también es nuestro deber advertiles de aquellos que no lo son.
Hola, tenéis razón en que los profesionales nunca han de olvidar el correcto orden de prioridades. Para hacer dinero basta con hacer una empresa que venda un buen producto y tenga éxito. Pero algunos se olvidan de que lo que venden no es un producto, sino un servicio, el cual es necesario, y que está por encima de cualquier interés económico. ¿Cuándo deja uno de ser psicólogo o médico y se convierte en mero empresario?
ResponderEliminarEspero que este tipo de situaciones no empeoren y sigan por un camino correcto, ayudando, cuidando, asesorando y enseñando.
Un cordial saludo.
http://maidipsicologos.blogspot.com.es/
No se porque no comentais los lugares de estos estafadores y nombres para q dejen de engañar con las ilusiones de los padres y sigan haciendose de oro. A caso teneis miedo q se vayan al paro
ResponderEliminarQuisiera llevar a mi hija a neocortex con hipotonia y retraso madurativo epilepsia controlada q opinais sobre este centro
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