jueves, 25 de noviembre de 2010

SÍNDROME COGNITIVO AFECTIVO CEREBELOSO

Son numerosos los artículos que tratan sobre la posible participación del cerebelo en funciones no motoras. Los autores Schmahmann y Sherman describen el patrón cognitivo, conductual y emocional de lo que han denominado como Síndrome Cognitivo Afectivo Cerebeloso. Según los autores, el cerebelo actúa como modulador de la función neurológica, participando en el procesamiento sensoriomotor, cognitivo, autonómico y afectivo. Para ello, atribuyen al cerebelo funciones de integración de la información procedente de las áreas asociativas, regulando la velocidad, consistencia y adecuación de las respuestas cognitivas y emocionales del entorno. Por lo tanto, una lesión cerebelosa podría producir un desarrollo anormal de estas funciones, dando como resultado una dismetría del pensamiento.

Cuando la lesión se produce en áreas del cerebelo motor, los síntomas observables responden a una ataxia del movimiento, ojos, habla o equilibrio. Mientras que si la lesión se produce en áreas no motoras, entonces el resultado sería una dismetría del pensamiento, con síntomas manifestables típicos del síndrome cognitivo afectivo cerebeloso.

Diferentes estudios evidencian que “las áreas de asociación cerebral que regulan la conducta de orden superior están conectadas preferentemente con los hemiferios laterales del lóbulo posterior cerebeloso a través de aferencias de los núcleos del puente cerebral contralaterales al cerebelo y eferencias también contralaterales que parten de los núcleos profundos cerebelosos, pasando por el tálamo hacia las áreas corticales”.

En numerosas patologías o lesiones cerebelosas se ha comprobado que, cuando está afectado el vermis cerebeloso, el paciente muestra alteraciones de conducta, tales como aplanamiento afectivo, inadecuación, rasgos autistas, desinhibición y alteraciones de las emociones, ansiedad, agresividad y mayor frecuencia de patologías psiquiátricas.

Algunos autores (Rapoport M.; Van Rekum R.; Courchesne E.; Press GA.; Hesselink er al.) relacionan daños anotómicos en el cerebelo con el autismo, tales como hipoplasia de los lóbulos VI y VII del vermis cerebeloso. Otros autores afirman que existe pérdida de células de Purkinje en el córtex cerebeloso lateral e inferior, y disminución del número de neuronas en los núcleos cerebelosos profundos.

En cuanto al cerebelo y TDAH, un creciento número de investigaciones demuestran la existencia de anomalías en el cuerpo calloso y el cerebelo. Incluso se relacionan alteraciones conductuales y cognitivas similares en el TDAH y pacientes con lesiones posteriores del cerebelo.

En conclusión, son numerosos los estudios e investigaciones que relacionan la implicación que tiene el cerebelo en las funciones cognitivas superiores y el control de las emociones y la conducta. El presente artículo cuestiona que la función del cerebelo como componente motor implicado en la conducta no es única, sino que además el cerebelo participa en funciones cognitivas y emocionales.

El presente comentario ha sido extraido del artículo: Hernáez-Goñi P, Tirapu-Ustárroz J, Iglesias-Fernández l; luna-Lario P. Participación del cerebelo en la regulación del afecto, la emoción y la conducta. Rev Neurol 2010; 51:597-609.

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