Artículo publicado ayer domingo, 30 de agosto de 2009, en el periódico "Europa Sur", en relación a la actividad de hipoterapia que se lleva a cabo en la Fundación Santa María Polo.
La Fundación Santa María Polo ofrece en San Roque el Centro de Hipoterapia, un espacio en el que tratar mediante técnicas alternativas dolencias físicas o mentales basadas en el movimiento del caballo
A. Muñoz / San Roque | Actualizado 30.08.2009 - 01:00La Fundación Santa María Polo, una organización sin ánimo de lucro vinculada al mundo equino en la comarca, promueve este tipo de terapias en sus instalaciones. Junto a caballerizas y campos de entrenamiento en Guadiaro existe un espacio dedicado a los que han decidido cambiar o alternar las terapias convencionales entre cuatro paredes blancas por los beneficios de una manera natural de tratarse al aire libre.
María del Carmen Castillo es la directora técnica del Centro de Hipoterapia, que está en funcionamiento desde el pasado 4 de mayo. Mamen, como la conocen los padres, afirma que la equinoterapia aporta a los jinetes tranquilidad, atención y coordinación. "Mejoran el equilibrio, el tono muscular, todo con el ritmo del movimiento del caballo", contó la directora.
Los resultados de trabajar en un espacio abierto y ameno, lejos del ambiente de una consulta médica, al parecer, son asombrosos. "Tenemos el caso de un niño que no hablaba y que un día se cayó del poni, se enfadó y le dijo "Indio, me has caío", y nos dejó con la boca abierta", afirmó María del Carmen, que contó que el ritmo del caballo estimula las conexiones neuronales.
Las sesiones de hipoterapia son individuales. Los padres conciertan las citas, que normalmente son una o dos veces a la semana. Una vez que llegan, el fisioterapeuta José Antonio Moya trabaja con los usuarios durante un cuarto de hora mediante estiramientos y diferentes ejercicios adecuados a cada situación en una sala interior totalmente equipada.
Más tarde, toca galopar durante otros 15 minutos. Subidos a Indio -el poni-, Sombra o Lili -que son los dos caballos-, trabajan el equilibrio, juegan a encestar bolas o pasean por los alrededores, siempre acompañados y protegidos por José Antonio, Antonio Galiardo, el cuidador de los equinos, y la propia María del Carmen, que forman un equipo multidisciplinar y completo para trabajar todas las necesidades de estos jinetes especiales. Durante la media hora de cada sesión, los usuarios están siempre con sus padres, que pueden ver todo lo que hacen y sus progresos sobre los caballos, lo que les mantiene tranquilos, tanto a unos como a otros.
Hasta el momento, unas 40 personas -desde bebés de 18 meses hasta adultos de 40 años- han pasado por el Centro de Hipoterapia de San Roque. A su éxito ayuda el llamado "boca a boca" entre los usuarios y los diferentes convenios que la Fundación está concertando con las asociaciones de la comarca. Usuarios de la asociación Luna y de Espina Bífida del Campo de Gibraltar ya asisten al centro con asiduidad.
"Lo único que necesitamos para comenzar la terapia es que un médico autorice que la persona puede montar a caballo", explicó María del Carmen. "A partir de ahí, concertamos una entrevista para conocer el caso a fondo, pasamos a fisioterapia y después, a montar", así de simple. Los resultados vendrán con el tiempo, en el que sus usuarios han llegado a convertirse en una pequeña comunidad muy unida y sensible a los problemas de los demás.